El número de pacientes adolescentes con depresión sigue en aumento al igual que los suicidios, pensando en esta situación además de sentir compasión pensé en las causas, que han cambiado en la vida de los jóvenes para que suceda este lamentable incremento.
Entre las posibles causas se me ocurre la soledad, a pesar de los avances tecnológicos en los medios de comunicación, llega a ser tanta y tan superficial la información que hoy nos satura que conduce a que entre adolescente ya casi no conversen sobre su vida personal, inquietudes, preocupaciones, fantasías, y de igual manera sufre la comunicación de éstos con sus padres, bien sea por falta de tiempo, diferencia generacional, pues los hijos consideran que sus padres no los comprenden, y a veces es cierto, algunos padres piensan que sus hijos jóvenes son inmaduros y por ello no los tratan como merecen, consideran que criar un hijo consiste en enviar a sus hijos a la escuela, atenderlos en la enfermedad y alimentarlos, como si allí terminara la tarea.
Por otra parte están los estereotipos, que siempre han existido pero ahora son más visibles, no faltan influencers (influenciadores) o emprendedores que presumen de sus logros o ganancias financieras, haciendo sentir a otros obligados a seguir su ejemplo, da la sensación que la esencia de vivir está marcada por lo que ganas, el estatus laboral o social, pareciera que la persona en sí no merece ser reconocida, además los requerimientos laborales aumentan con el tiempo y encajar en el sistema económico/social puede dificultarse.
Los valores, el amor, la paciencia, la dedicación en la crianza, son determinantes en la vida adulta, es desde el núcleo familiar , cuando los hijos son pequeños, que se crean los pilares, también en la escuela se refuerzan pero ¿Cómo revertir la tendencia cuando los mismos adultos están enajenados?


